El asesoramiento psicopedagógico es una herramienta de apoyo para centros escolares, ayuda y colabora en el cumplimiento del Proyecto Educativo de Centro, llevando a cabo un “cambio” en la institución, esta idea sugiere “revisión, reformulación, integración de nuevos aspectos en estructuras ya existentes, que permiten interpretaciones y actuaciones más adecuadas en realidades complejas”, es decir, que se parte desde el trabajo realizado anteriormente en la institución y no hacer un cambio radical. Se compromete con los objetivos generales de la institución para lograr el cumplimiento de los mismos, contribuye a la mejora de la calidad de la enseñanza, incidiendo en los procesos educativos.
También es un recurso que se ofrece al centro para que este pueda abordar y dar respuesta a sus necesidades. Tiene presente los conceptos de calidad de la enseñanza y el concepto de atención educativa a la diversidad.
La tarea del asesoramiento psicopedagógico “puede perseguir otras finalidades relativas al centro –contribuir a establecer unas relaciones más claras y funcionales entre el profesorado-, a la zona en que se inscribe su tarea, al propio equipo de asesores –objetivos relativos a la formación, a la cohesión del equipo, a las relaciones con otros servicios…-, así como objetivos que se relacionan con el progreso profesional y personal de cada asesor”.
La educación que se dirige a los alumnos debe tender a su formación integral y equilibrada, entonces la función del asesoramiento psicopedagógico consiste en contribuir a que dicha formación se convierta en una realidad.
El asesoramiento es un recurso a la institución, y un recurso solo tiene sentido si es útil, es decir si contribuye al logro de los objetivos a que tiende el centro (Solé, 1997).
Constituye “Un proceso de ayuda basado en la interacción profesional y orientado a la resolución de problemas de la organización” (Nieto y Portela, 1999:105)
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